Dado su sabor dulce, un gran número de niños consume bebidas isotónicas como si fueran refrescos. Pero conllevan un mayor riesgo de caries y de obesidad.

Las bebidas isotónicas son un tipo de bebidas con un alto contenido en ácidos y azúcares y un bajo nivel de pH que tienen por objetivo facilitar la rehidratación del organismo tras la realización de un ejercicio físico intenso. Tal es así que también son conocidas como bebidas ‘deportivas’ o ‘rehidratantes’. Sin embargo, y dado su sabor dulce, son muchas las personas que, cual refrescos, las consumen de forma habitual. Además, este consumo ‘recreativo’, que nada tiene que ver con la práctica de deporte ni con la necesidad de rehidratarse, es muy común en los niños. Así lo muestra un estudio llevado a cabo por investigadores de la Facultad de Odontología de la Universidad de Cardiff (Reino Unido), en el que se alerta de que el uso de estas bebidas isotónicas se asocia con un mayor riesgo de caries dentales y obesidad, sobre todo en los menores.

Como explica Maria Z. Morgan, directora de esta investigación publicada en la revista «British Dental Journal», «el propósito de las bebidas isotónicas no ha sido bien comprendido y nuestro trabajo muestra claras evidencias de que los niños se encuentran fuertemente atraídos por estas bebidas con alto contenido en azúcar y bajos niveles de pH, incrementándose así su riesgo de caries dentales, erosión del esmalte y obesidad».

Dulces y peligrosas

Para llevar a cabo el estudio, un total de 160 niños galeses con edades comprendidas entre los 12 y los 14 años respondieron a un cuestionario sobre sus hábitos de consumo de bebidas isotónicas. Y de acuerdo con los resultados, el 68% de los niños las tomaban de forma habitual –entre 1 y 7 veces por semana– en sus reuniones sociales, principalmente –en hasta un 90% de los casos– por su sabor dulce. Además, hasta un 16% de los encuestados justificó su consumo por el supuesto ‘efecto vigorizante’ asociado a este tipo de bebidas.

Es más; las bebidas isotónicas no solo son dulces; también son muy baratas y asequibles. De hecho, el precio fue una de las tres razones por las que los menores eligen estos productos en lugar de otros ‘refrescos’. Y a ello se aúna que hasta un 80% las compra en las tiendas de su barrio sin intermediación de sus padres. Y es que contrariamente a como sucede con otros productos –caso sobre todo del tabaco y el alcohol–, no se hay ningún requerimiento de edad para su adquisición.

Y hablando de los padres, ¿qué opinan sobre que sus hijos consuman, a veces de forma abusiva, este tipo de productos? Pues simplemente, no dicen nada, dado que desconocen que las bebidas isotónicas no están indicadas para su consumo en la infancia.

Los niños se encuentran fuertemente atraídos por estas bebidas, lo que aumenta su riesgo de caries, erosión del esmalte y obesidad. María Morgan

Pero la toma de bebidas isotónicas no está exenta de riesgo. Como indica Peter D. Jackson, presidente de la Facultad de Medicina del Deporte y el Ejercicio de Reino Unido (FSEM), «las bebidas deportivas están dirigidas a los atletas que toman parte en pruebas de resistencia o ejercicio intenso. Unas bebidas que, asimismo, se encuentran directamente relacionadas con las caries dentales de los atletas y deben ser empleadas bajo la supervisión de los equipos médicos que velan por estos atletas. Además, el agua o la leche es suficiente para que los niños se hidraten tras el ejercicio, mientras que las bebidas deportivas con alto contenido en azúcares son totalmente innecesarias para los niños y la mayoría de los adultos».

Restringir su venta

Pero como ya se ha referido, las bebidas isotónicas no solo incrementan el riesgo de caries. También suponen un mayor riesgo de obesidad. Tal es así que la FSEM ha solicitado una mayor regulación sobre el precio, disponibilidad y venta de las bebidas isotónicas en el caso de los niños, sobre todo en los comercios cercanos a los centros educativos.

Como apunta Peter Jackson, «las bebidas isotónicas son raramente una opción saludable, y la publicidad dirigida al público en general y a los jóvenes en particular es un acto de gran irresponsabilidad. Los atletas de élite pueden tener una razón para utilizarlas, pero para casi todos los demás representan un riesgo real tanto para su salud general como para su salud bucodental».

Tal es así que, como concluye Maria Morgan, «los profesionales que nos dedicamos a la salud dental debemos ser conscientes de la popularidad de las bebidas isotónicas entre los niños en nuestros consejos e iniciativas para la promoción de la salud».