El embarazo comporta una serie de cambios orgánicos y de conducta que pueden repercutir en la cavidad bucal provocando un mayor riesgo de caries y de enfermedad de las encías. Por ello, cuando la mujer sepa de su embarazo, debería solicitar una visita de revisión con su odontólogo que le indicará si tiene alguna patología y realizará los tratamientos preventivos necesarios.

¿Es verdad que el embarazo pone en peligro los dientes de la madre?

Es muy importante que durante el embarazo mantengas una correcta higiene oral y sigas una dieta equilibrada. Contrariamente a las creencias populares, el bebé no obtiene el calcio de los dientes de su madre. Cuando el bebé necesita calcio, lo obtiene a través de la dieta o de los huesos de la madre, pero nunca de sus dientes. Tampoco es verdad el dicho popular de que “cada embarazo me costó un diente”. Si estás desarrollando más caries puede ser debido a:

1 · Un descuido de tu higiene oral con el consiguiente acúmulo de placa bacteriana. Las bacterias de la placa dental utilizan el azúcar que comes para producir ácidos que atacaran el esmalte de tus dientes provocando caries.

2 · Cambio de los hábitos dietéticos y horarios. A medida que tu abdomen aumente de tamaño empezarás a comer pequeñas cantidades de comida con más frecuencia por qué en seguida tendrás sensación de saciedad. Debes evitar comer alimentos dulces y/o de consistencia pegajosa (chucherías, zumos envasados, refrescos, bollería...).

3 · Vómitos asociados al embarazo o reflujo del ácido del estómago. El ácido del estómago provoca una erosión del esmalte del diente volviéndolo más susceptible a la caries.

¿Por qué me duelen las encías?

Los cambios hormonales que acompañan al embarazo favorecen la aparición de gingivitis.

La gingivitis es una inflamación y enrojecimiento de las encías que puede provocar dolor generalizado de la boca y una mayor tendencia al sangrado. Los problemas de las encías aparecen a menudo durante el segundo mes del embarazo, suelen ser máximos en el octavo mes y mejoran tras el parto. Si antes del embarazo ya tenías problemas gingivales o enfermedad periodontal probablemente se agraven.

Durante el segundo trimestre también puede aparecer un “granuloma del embarazo”. Es una lesión abultada localizada en la encía y que sangra con facilidad. La mayoría disminuyen de tamaño o desaparecen tras el parto.

Los cambios hormonales del embarazo no podemos controlarlos pero sí está en tu mano eliminar el resto de factores que provocan gingivitis y que son principalmente: la placa dental (hay que limpiar cada día los dientes) y el sarro (deberás realizar una limpieza de boca con tu odontólogo).

Recuerda: una dieta equilibrada, un cuidado dental regular y una consulta temprana con el dentista te ayudará a prevenir los problemas dentales de tu hijo.

¿Representa algún peligro el tratamiento dental o las radiografías durante el embarazo?

El embarazo no es una enfermedad por lo que la embarazada puede recibir el tratamiento dental que precise. Durante el primer trimestre se suelen realizan sólo tratamientos de urgencia, ya que es durante el primer trimestre cuando se van a formar las estructuras principales, tales como el Sistema Nervioso Central con el cerebro, el corazón y el Sistema Vascular, etc…

El segundo trimestre suele ser el momento ideal para realizar cualquier tratamiento dental, no existiendo ningún problema en utilizar anestesia local para asegurar la analgesia durante el tratamiento. El odontólogo usará fármacos anestésicos que no afectaran a tu bebé.

El exámen radiográfico es un importante instrumento diagnóstico y de seguimiento de algunos tratamientos dentales. El haz de rayos radiográficos no va dirigido hacia el abdomen y la cantidad de radiación que se produce es pequeña, por lo que podrán realizarse radiografías dentales durante el embarazo siempre y cuando se ponga un delantal de plomo que cubra el abdómen de la embarazada y proteja al bebé.

En el último trimestre del embarazo puede resultar molesto el permanecer sentada en el sillón dental durante un período prolongado de tiempo y es por ello que se procura evitar la realización de tratamientos largos, aunque no existe inconveniente en practicar tratamientos dentales. El dentista se ocupará de que el abdómen no dificulte el retorno venoso de tus piernas.

No está recomendado el uso de óxido nitroso durante el primer y tercer trimestres del embarazo ya que podría estimularse la musculatura uterina y favorecer la aparición de abortos espontáneos, durante el primer trimestre, y la aparición de contracciones con riesgo de parto prematuro, durante el tercero. Si existen antecedentes de partos prematuros debe evitarse el tratamiento dental durante los últimos meses.